En Otxarkoaga y San Francisco hay el doble de nacimientos prematuros que en Indautxu
«Ya desde que nos encontramos en el seno de nuestra madre estamos incorporando las condiciones del entorno y determinando nuestro futuro. Sin haber decidido nada aún…». Lo dice Unai Martín, doctor en Sociología y especialista en sociología de la salud en la UPV-EHU. Es decir, quien nace pobre tiene más posibilidades de serlo en el futuro. Y hasta de tener peor salud.
Eso no es ninguna novedad. Pero los expertos de la universidad vasca han puesto cifras a una realidad muy concreta y reveladora en Bilbao: los partos prematuros. Según un estudio del Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico (Opik), Otxarkoaga es el barrio de Bilbao donde más casos se registran, un 9,2% del total de alumbramientos. Y le sigue Bilbao La Vieja y San Francisco, con 7,6%. Esas tasas tan elevadas se dan, justamente, en las zonas de la ciudad con menos renta. Las más pobres. Mientras, en Indautxu, una de las áreas más pudientes, la proporción es del 3,6%. Menos de la mitad.
«La relación entre nivel de renta y prematuridad es muy clara», constata Martín. «Aquí y en todo el mundo». Al fin y al cabo, algunas de las causas que provocan los nacimientos antes de tiempo, aparte de ciertas patologías, es la falta de cuidados prenatales, una alimentación inadecuada… En fin, hábitos nocivos que a menudo están vinculados a entornos con menos posibilidades económicas y menos nivel educativo.
«Desde que estamos en el seno de nuestra madre estamos determinando nuestro futuro»
No es que haya un determinismo implacable y que el destino esté escrito. Pero sí está claro, y demostrado de manera científica, que nacer en un entorno desfavorecido suele suponer un lastre. La prueba más clara es que la esperanza de vida para los vecinos de los barrios más pobres de Bilbao es hasta seis años inferior a la que existe en los más ricos; eso tiene mucho que ver con que la renta personal de las zonas más pudientes (que supera holgadamente los 30.000 euros) triplica a la de las más humildes (unos 12.000). Y que el porcentaje de universitarios entre los vecinos de las primeras (el 48%) es ocho veces superior al de las segundas (6%). Así que lo de los partos prematuros es sólo una pieza más en una realidad bien clara: hay varios ‘bilbaos’ dentro del término municipal.
Maternidad demorada
También es verdad que en este asunto entran en juego otras variables y nada es lineal. Por ejemplo, Abando, el barrio con más renta de la ciudad, tiene un 5,6% de partos prematuros –exactamente, la misma proporción que la media vasca–. Y eso es bastante más que otros con un menor poder adquisitivo (por ejemplo, Bolueta que con un 3,6% empata con Indautxu). Para Unai Martín esto no altera la conclusión inicial, que «la relación entre las condiciones de vida y la prematuridad es clara». Entonces, ¿cómo se explica que –y aquí va otro ejemplo– Uretamendi o Peñascal tengan mejores datos que Deusto? Porque la nómina «no es lo único que interviene» aquí.
Al margen de las cabriolas estadísticas que ocurren en barrios poco poblados y con pocos nacimientos (cuando el universo es reducido, las conclusiones son poco fiables), el experto se refiere a que en los últimos años las mujeres cada vez dan a luz siendo más mayores, y eso aumenta el riesgo de partos prematuros. Pues bien, esta situación se da, sobre todo, en las áreas más ricas, donde muchas posponen la maternidad hasta bien entrada la treintena, porque antes se han dedicado a cultivar su carrera profesional. Es decir, que las malas condiciones de vida provocan nacimientos antes de tiempo, pero retrasar el momento de la maternidad para garantizarse unas buenas condiciones de vida acaba provocando lo mismo.
Según los últimos datos del Instituto Vasco de Estadística (Eustat), la edad media a la que las mujeres dan a luz en Euskadi ha ascendido a los 33,5 años. Entre las nacionales, se eleva a 34,3, y bajan la media las madres extranjeras, que paren con 30,8 años.
Últimos comentarios