INTERVENCIÓN SOCIAL Y MARKETING POLÍTICO EN LOS BARRIOS ALTOS DE BILBAO
JORGE HERNÁNDEZ BERNAL ESTUDIANTE DE DOCTORADO EN FÍSICA EN LA UPV/EHU
Conocí el barrio bilbaíno de San Francisco en mi primer año viviendo en Bilbao, como estudiante de postgrado en la UPV/EHU, beneficiario del «Programa de Vivienda para Jóvenes Solidarios», que el Ayuntamiento de Bilbao pone en marcha en los barrios de San Francisco, Bilbao la Vieja, y Otxarkoaga. Este prometedor programa facilita el acceso a los estudiantes a una vivienda del parque municipal de viviendas por menos de 100 euros al mes, y a cambio los estudiantes se comprometen a ayudar con trabajos comunitarios 4 horas a la semana. Lo que a primera vista parece una magnífica oportunidad para integrarse en estos barrios, conocer su historia, concienciarse con sus problemáticas, y poner un granito de arena en su mejora, acaba siendo una terrible decepción; no se pone a los participantes del programa en contexto ni se les da ninguna explicación sobre las problemáticas del barrio y los planes del Ayuntamiento, gran parte de los trabajos que se asignan son en servicios municipales y no en ONGs, y muchas de las tareas asignadas carecen de un auténtico compromiso con los barrios. Tampoco existe ningún tipo de seguimiento por parte del Ayuntamiento, así que algunos participantes del programa se limitan a vivir en la vivienda que se les asigna sin asistir a los trabajos que debían hacer como contrapartida: la ilusión de acercarse a un barrio, conocerlo, y echar una mano, se convierte en auténtica desgana y vagancia, gracias a la mala gestión del programa por parte del Ayuntamiento de Bilbao.
Al final uno mira la propaganda del programa, y mira a la realidad, y se da cuenta de que al Ayuntamiento de Bilbao no le importa particularmente mejorar estos barrios, que este programa, y buena parte de las intervenciones que hace el Ayuntamiento, no persiguen mejorar la vida de las personas, sino hacer marketing político. Necesitamos especialistas en intervención sociocomunitaria que se interesen por el contexto de los barrios y por la situación de las personas más desprotegidas y elaboren planes coherentes, adecuadamente dotados y gestionados, para mejorar la vida de todos los bilbaínos. La Policía, cuando actúa correctamente, es un actor importante para la buena marcha de las ciudades, pero llenar una calle de policías no presta atención a la raíz de los problemas, criminaliza a los vecinos, estigmatiza los barrios, y produce tensiones. Los recientes acontecimientos en la calle San Francisco, y las reacciones racistas de algunas personas, resultan profundamente dolorosos para muchas personas que nos sentimos cercanas a estos barrios, y dan la impresión de que la sinrazón está imponiéndose frente al logro simbólico que supusieron los derechos humanos y los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
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