69. 823. Un número que ha quedado grabado en la conciencia colectiva de los vecinos del barrio bilbaíno de Otxarkoaga. El año pasado el sorteo de La lotería de Navidad repartió casi cinco millones euros. 80 series de este número, uno de los quintos premios La mayor parte de los boletos se vendieron en la ventanilla de la administración número 35 de Bilbao, situado en el corazón de este distrito obrero de la capital vizcaína.

Los vecinos buscan repetir suerte

Muchos vecinos de Otxarkoaga han hecho cola delante de la administración para volver a tentar a la suerte, Alguno de ellos fue agraciados con la lluvia de millones del pasado sorteo. «Tuvimos suerte y nos tocó un poquito» comentaba una vecina poco antes de adquirir un nuevo décimo. «Yo llevaba un décimo del quinto y aquí estoy, de nuevo a probar suerte» afirmaban con seguridad otro comprador.

“Tuvimos suerte y nos tocó un poquito“

Ainhize Nieva, la propietaria de la administración de loterías, reconoce que la pandemia, como en el resto de administraciones, se ha dejado notar en las ventas, pero espera que este año la fortuna les vuelva a sonreír y «si es posible con un segundo o un tercero», afirma sonriente.

El número feo, también toca

También en Bilbao, pero en la plaza de Indautxu en pleno centro de la capital vizcaína, encontramos la administración de Ormaetxea . Uno de los cásicos de la lotería de Navidad. El año pasado devolvió una serie entera de otro quinto premio, el 750. Este año, asegura Sergio Etxeberria, «no va a ocurrir eso porque la gente viene buscando los números feos y esperemos que, si toca, el número esté vendido».

“Este año la gente viene buscando los números feos y esperemos que, si toca, el número esté vendido“

Dice este veterano lotero que la falta de turistas y el cierre de la hostelería han influido en la venta de lotería de Navidad. Él calcula que un 20% menos que el pasado año.

En Euskadi nos gastamos por cabeza una media de 77 euros, aunque hay diferencias: casi 93 en Bizkaia, 61 en Gipuzkoa y 56 en Álava. Mañana estaremos atentos a los bombos. Aunque en este 2020 hemos aprendido que lo más importante es la salud