Sin luz ni gas desde Nochebuena: «No tenía dónde ir y dieron de baja el suministro»
Desde el pasado día 24 de diciembre Jennifer y sus dos hijos -de nueve y doce años- pasan el día sin luz y gas en su piso de Otxarkoaga. Situación que viven tras la decisión del propietario de la vivienda de alquiler social perteneciente al BBVA, Divarian Propiedad S.A., que dio de baja el contrato de suministro alegando ‘impago’ del servicio . «Nos estamos arreglando gracias a la familia y por la noche con velas y linternas», cuenta Jennifer, «no nos podemos duchar, no podemos desayunar, ni poner la lavadora».
«Todo empezó el día 24 cuando me levanté y no tenía ni luz ni gas, pensé que se trataba de una avería pero me habían dado el servicio de baja», afirma, «llamo todos los días, dos o tres veces, mando emails y no aparece nadie».
Una vivienda en la que convive, con sus dos hijos, desde hace más de cinco años, cuando, con unos ingresos de apenas 885 euros, solicitó al BBVA un préstamo hipotecario para la adquisición del piso que finalmente no pudo pagar. Entonces, el banco le ofreció en septiembre de 2017 un contrato de alquiler acogido al fondo social de la vivienda. «Este último año no tenían intención de volverme a alquilar el piso y me ofrecieron dinero para que dejara la vivienda pero no tenía donde ir», afirma.
Con todo, en marzo de este año la entidad propietaria inició una demanda de desahucio justificado por el ‘impago al alquiler’, procedimiento que se haya todavía pendiente de sentencia ya que el desahucio, previsto para el 14 de octubre, ha sido suspendido por el auto del juzgado de primera instancia nº9 de Bilbao hasta el 30 de junio de 2023.
Sin suministro
Según denuncia la plataforma Stop Desahucios en una nota, tras la suspensión del desahucio por la situación de vulnerabilidad , Divarian Propiedad S.A. ha procedido a dar de baja el suministro y cortar la luz y el gas de la vivienda, «haciendo que pasen estas navidades alumbrándose con velas, cocinando, aseándose y lavando la ropa con la ayuda de vecinos y familiares».
Hecho que ha sido denunciado ante el Juzgado de Guardia de Bilbao por un presunto delito de coacciones que esperan «no sólo sea atendida, sino también que sea debidamente penalizada». Fuentes del mismo juzgado confirman a Cadena SER que el procedimiento «podría alargarse meses» en función de la tipología del delito, penalizado con una multa simbólica.
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