«En las chabolas fui feliz: nunca tuve la sensación de ser una pobrecita»

El Bilbao de diseño de hoy viene de otro donde se levantaban chabolas de la noche a la mañana, literalmente, para acoger a las personas que venían de la España más pobre con la promesa de una vida mejor. Como la familia de Flor Fernández, llegada de una aldea de Ourense para instalarse en Irusta, un núcleo cercano a La Peña. Allí vivieron hasta que los echaron para trasladarles a Otxarkoaga: en la portada de 1961 se ve el inicio de lo que el Ayuntamiento bautizó como Operación Derribo-Chabolas. «El día del traslado esperamos bajo este puente. Llovía y teníamos hambre, porque la cosa se alargaba», apunta. A sus 8 años, sintió pena por dejar su chabola, «donde fui feliz y nunca tuve la sensación de ser una pobrecita», recuerda esta mujer que, años después, se convirtió en fotógrafa de ‘La Gaceta’.



















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