BODAS DE ORO
Alguien me toca por detrás mientras voy recorriendo el pasillo del cuarto piso del hospital. Es una chica que ya conozco, hija de un matrimonio de aquí que hace ya mucho tiempo viajó a tierras venezolanas. Allí tuvieron su única hija, Micaela; después volvieron definitivamente a nuestra tierra. Micaela me dice que sus padres celebrarían en abril sus bodas de oro y que ella ha mandado elaborar unos anillos y me pide que los bendiga. Le planteo que sería precioso, aunque no haga todavía 50 años justos que se casaron sus padres, adelantar unos meses la celebración de las bodas...
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