REPORTAJE EN «EL CORREO» SOBRE LOS ASCENSORES
«Ya estaba cansada de subir los 80 escalones… ¡que tengo 76 años! Cuando a Dolores, una encantadora malagueña que lleva en Otxarkoaga «desde el año 61», se le pregunta si ahora que tiene ascensor puede hacer cosas que antes tenía vetadas, se queda descolocada. «No, mujer… Siempre he hecho lo que había que hacer, qué remedio, pero antes me costaba más trabajo… ¡si he tenido siete hijos!», indica orgullosa, con un cantarín acento de su tierra que las décadas pasadas en Bilbao apenas han matizado. Para una madre con semejante prole, las escaleras no podían convertirse en un freno. Era...
Últimos comentarios