No me registren, por favor
Pensar que uno sabe cómo piensa el otro, cómo siente, cómo es, … significa moverse en un terreno resbaladizo, proclive a los equívocos, las equivocaciones y los errores. Con las matizaciones que esta primera afirmación deberían imponerme, me atrevo a afirmar que mi pensamiento filosófico, social, político, económico y hasta teológico está lejos del de Joseba Arregui. Sin embargo, eso no es óbice para reconocer que acaba de escribir un artículo de opinión en El Correo que me ha parecido sumamente inteligente, valioso, e interesante: “No me registren, por favor”. Y, yendo aún más lejos, creo poder...
Últimos comentarios