SÍNDROME DE OTXARKOAGA

MINUTO DE SILENCIO

En nuestro barrio de Otxarkoaga hay personas volcadas hacia los demás. Diríamos que se trata de colectivos que lideran la vida colectiva y que contribuyen a crear una red social necesaria. No es pretendo decir que siempre se acierta, pero en este momento ésa no es la cuestión. En otro sector se encuentran personas que viven sin perjudicar a nadie y que son respetuosas, tanto con las personas como con las cosas de los demás. Hay quienes realizan actividades para lucrarse, aun sabiendo que hacen daño a los demás. Podemos extendernos en definiciones que nos saltamos porque me interesa llegar a quienes tienen “Síndrome de Otxar”. Quiero poner un ejemplo significativo. Durante este mes se ha estado construyendo un espacio lúdico para la infancia en el parque de Makaldi. Los trabajadores, todos los días, al terminar su tarea, han cerrado la obra con vallas. Distintas personas, algunas de ellas adultas, todos los días, después de marcharse los trabajadores, han tirado las vallas, han entrado en el espacio inacabado y se han puesto a utilizarlo. Todos los días lo hemos visto muchísimas personas y hemos hablado sobre ello, pero ninguna nos hemos atrevido a decir nada a las personas implicadas. La policía ha pasado por allí todos los días y “sin comentarios”. Un miembro de la santa infancia ha tenido un pequeño accidente en el interior y ha denunciado a la empresa. No he podido confirmarlo, pero me dicen que la policía ha sacado fotos no de quienes han tirado la valla, sino de los objetos peligrosos que hay en el interior de un espacio cerrado que se encuentra en obras. Es que esto pasa en otros ámbitos de nuestro barrio y revela una enfermedad social ¿Contribuye a curar esa enfermedad poner más dinero para inaugurar otro parque infantil el día anterior a las elecciones?