Un libro recoge la historia de Otxarkoaga y su papel como modelo de desarrollo urbano
De poblado a barrio que se convirtió en un modelo de desarrollo urbano en los años sesenta.
Luis Bilbao Larrondo es el autor de la obra, editada por el área de Urbanismo a petición de la asociación de familias del barrio. Larrondo ha destacado que Otxarkoaga “ocupa un lugar muy importante en la historia de la ciudad”. En 1959 había 40.000 chabolistas en Bilbao y más de 100.000 personas que vívían realquiladas. “Otxarkoaga fue un laboratorio de experiencias arquitectónicas en el que se ensayaron nuevos sistemas constructivos”, explica.
El libro que se presenta esta tarde a las 19.00 horas en el centro cívico recoge la historia del poblado que se levantó en calles sin urbanizar, con numerosas carencias que a los vecinos y el Ayuntamiento les ha costado mucho tiempo resolver.
Para asomarse a la historia reciente de Bilbao hay que subir a Otxarkoaga. En 1959, la ciudad instaló en esta zona un auténtico laboratorio de arquitectura, donde se ensayaron nuevos sistemas constructivos para levantar los edificios en un tiempo récord. Entonces la villa tenía 290.000 habitantes, de los que 40.000 vivían en chabolas y más de 100.000, realquilados en pisos donde distintas familias tenían que compartir la cocina. En poco más de un año se edificaron 3.672 viviendas en 114 bloques.
Se construyó a marchas forzadas y se hizo mal, pese a que en la obra participaron catorce arquitectos y algunos eran «brillantes. Edificaron antes de urbanizar y eso es un error. Ellos eran conscientes, pero había que dar una salida inmediata», explica el historiador Luis Bilbao Larrondo. En su obra ‘El poblado dirigido de Otxarkoaga’, que se presentó ayer en el centro cívico del barrio, el experto analiza la acuciante necesidad de vivienda en pleno desarrollismo industrial, cuando los inmigrantes cimentaban su futuro en las laderas de los montes y los periódicos denunciaban las precarias condiciones de vida en las chabolas.
Otxarkoaga, que tiene un barrio casi gemelo en Madrid, fue «muy importante en la historia de Bilbao» porque supuso el inicio de «un nuevo modelo de desarrollo urbano. Allí se levantaron las primeras torres de pisos, aunque los arquitectos -algunos han sido entrevistados por el autor- «querían hacer bloques de cinco alturas como máximo». Cinco mil obreros construyeron aquellas casas, la última gran promoción que se llevó a cabo «desde la iniciativa pública» antes de la irrupción de las empresas privadas en el sector.
También supuso un cambio de perspectiva. «Se pasó de construir exclusivamente en los solares que quedaban libres en el ensanche a edificar en la periferia», recuerda la concejala de Urbanismo, Julia Madrazo. El Ayuntamiento ha costeado la edición de este libro, «que es parte de nuestra historia, con luces y sombras».
os he descubierto y me encanta ver a mi barrio en la web, animo que lo haceis muy bien,……………te ngo el dvd, que nostalgia,qué bonito quedo todo por igual,luego con los años se deterioró, sobre todo cuando cada vecino pintaba la terraza de un color …………..os acordais? todos los que contamos ya con cincuenta tacos! bueno,como pasa el tiempo, pero ha pasado para bien, Otxar ha mejorado muchísimo,y más que lo hará, entre todos…………feliz año……….
Eskerrik asko Ariel por tus comentarios y bienvenida a esta tu web…
Según parece en Madrid existe un barrio gemelo al de Otxarkoaga. ¿Alguien sabe cuál es?
Por la urgencia de la construcción y la innovación arquitectónica creo que hablan de la UVA de Hortaleza, patria chica del Guille y el Jaro, pero es muy distinto en cuanto a número de habitantes y diseño. Lo más parecido que hay en Madrid es el poblado dirigido de Orcasitas.
Hola: Soy un admirador de la historia del Bilbao Metropolitano. No caigo en mi asombro como una persona como el historiador Luis Bilbao hace vernos como vivian nuestros padres en Otxarkoaga. No puedo mas que felicitar a la asociacion de vecinos de Otxarkoaga y pidiendo que el Sr. Luis Bilbao Larrondo siga trabajando en pos de este barrio.
Un saludo cordial de un admirador de la buena escritura y del buen hacer.