La alegría va por barrios

José Javier y Eleni comparten barra en la casa del pueblo de Txurdinaga, lugar en el que no es raro encontrarse a Patxi López tomando algo junto a su mujer; ‘Yayo’, Noemi y Soraya, desde la casa del pueblo de Cruces, admiten que pasan de la política.

 

UNOS porque han obtenido el mayor número de votos en más de dos décadas. Otros porque ven la posibilidad de llegar a Ajuria Enea más cerca que nunca. Nunca llueve a gusto de todos, pero en la vida política, los resultados electorales tienen tantas interpretaciones como uno esté dispuesto a discurrir. Aunque a pie de calle, en los feudos jeltzales y socialistas, veinticuatro después de la cita con las urnas, poca gente se atreve a decir quién será el lehendakari. Eso sí, el fair play parece existir entre las dos familias políticas que se reparten casi las tres cuartas partes del próximo Parlamento Vasco. DEIA ha querido sondear cuál es el estado de ánimo en los batzokis y las casas del pueblo, cuyos clientes, además de hacer las cuentas de la lechera para dar con la coalición perfecta, siguen pensando en el día a día. Hay vida después de Ibarretxe y López. 

Agrupación socialista Ramón Rubial

"Patxi López no faltó y el domingo se tomó el cortado después de comer"

La primera parada es en la casa del pueblo de Txurdinaga. A punto de dar la hora de comer y con una cuadrilla de obreros apurando unas cañas, el ambiente no es diferente al de un lunes cualquiera. Comienza la semana y, entre la clientela, los comentarios de la jornada futbolera predominan desde primera hora. Al menos eso asegura José Javier, afiliado socialista y responsable del negocio. "En el primer piso no se habla tanto de política. Para eso tenemos la primera planta, que es desde donde se siguió la noche electoral", señala este camarero, que puede presumir de saber cómo le gusta el café al candidato a lehendakari del Partido Socialista. Cortado, por si hay dudas. Al menos así se lo tomó el pasado domingo por la tarde, cuando acompañado de su mujer -"conocida de toda la vida de Otxarkoaga"-, paró después de comer en el bar de la agrupación socialista Ramón Rubial. "Lo vi tranquilo, como siempre. Para nosotros no es extraño que se pase por aquí. Tiene familia y es uno más", subraya José Javier, que confía en seguir teniendo como cliente al secretario general del PSE aunque llegue a la Lehendakaritza.

 

Sobre sus preferencias a la hora de pactar, no se moja. Tampoco entiende, al menos eso asegura, pero el dueño de esta casa del pueblo tiene una cosa clara. El Partido Popular, cuanto más lejos mejor. Aunque espera que el candidato socialista coja el bastón de mando del próximo Ejecutivo vasco. "Todavía queda mucho camino por andar y ya se verá con quién negocia", destaca este militante socialista, que apenas pudo seguir los resultados durante la noche electoral. Jugaba Atlético contra el Barça y eso es prioritario para la clientela. Eso sí, al echar la persiana, José Javier confiesa que bajó a Bilbao para celebrar el resultado obtenido por uno de sus clientes más ilustres.

 

batzoki de larrazabal

 

"Ibarretxe debe continuar, el resultado le avala y le debe confirmar en el cargo"

 

Cambiamos de bando. Ahora toca la otra acera. Tras obtener treinta escaños y un número de votos que la formación jeltzale no alcanzaba desde 1986, el ánimo entre la clientela del batzoki de Larrazabal -uno de los feudos jeltzales con más solera de la capital vizcaina- es positivo. Los simpatizantes del PNV se sienten con fuerzas, no dudan de la valía de su candidato y defienden que la fuerza más votada sea la que guíe a los vascos durante los cuatro próximos años. Desde primera hora de la mañana, los simpatizantes y afiliados que han ido pasando por la barra no han dudado en comentar la apasionante noche electoral que se vivió la víspera. Los escaños que bailaban de un partido a otro y las declaraciones lacrimógenas de los grandes perdedores -llámese Unai Ziarreta o Javier Madrazo-. Interrumpimos a la veterana cuadrilla integrada por Jon Barrutia y los primos Miguel y Jesús Alaña. Capeados en mil batallas y que emanan todo tipo de teorías y críticas sobre los rivales en las urnas.

 

De Juan José Ibarretxe, el candidato al que todos han respaldado, pocas dudas. Aunque alguno sí asegura haberle visto más centrado durante la campaña. "¿Centrado en qué? Si en los años que lleva como lehendakari no ha cambiado su forma de actuar. Ibarretxe debe continuar, el resultado le avala y le debe confirmar en el cargo", subraya Jon, que aplaude el hecho de que el PNV se haya retratado en las urnas en solitario, sin la compañía de Eusko Alkartasuna, formación que no despierta simpatías entre los asiduos a los batzokis.

 

Precisamente, al hablar de Unai Ziarreta -al que le quedan pocos días al frente de su partido tras la debacle en las urnas-, todos los contertulios manejan los mismos términos mientras apuran sus consumiciones con mesura. "Ya era hora de que EA se retratara". "La pena es que no ha sido antes". "Le está bien a Ziarreta, que se creía el mejor". "Cómo puede ser que tuvieran tres consejeros con el número de votos que tienen". Son algunas de las perlas de esta cuadrilla, que se lo piensa dos veces al hablar de un posible pacto PNV-PSE, escenario tabú para algunos, pero que no deja de ser una posibilidad dentro de las negociaciones. "De lo malo, el mejor remedio es pactar con el Partido Socialista, pero no le miramos con buenos ojos", apostilla Miguel Alaña, que todavía confía en que el recuento del voto por correo confirme que el escaño que se disputan en Araba Eusko Alkartasuna y el Partido Socialista vaya para los primeros y deje a Patxi López con la necesidad de pactar con Unión, Progreso y Democracia para poder convertirse en el primer lehendakari socialista de la historia.

 

casa del pueblo de cruces

 

Sin broncas ni enemistades entre los clientes jeltzales y socialistas

 

La siguiente parada es en el barrio de Cruces. Escondida entre una maraña de edificios, en la casa del pueblo no hay actividad. Noemi y Soraya son las empleadas. Pasan de política. Dicen no entender. Términos como escrutinio, escaños o voto útil no están en su vocabulario de a pie. Pero el domingo por la noche sabían que la cosa marchaba bien para el partido que da la bienvenida a todos los clientes que entran en el local: "Sacaron las botellas de champán de la nevera y eso sólo puede significar que los resultados de López eran buenos", aseguran al unísono ante la atenta mirada de Yayo, uno de los muchos clientes que no vota a los socialistas y que no tiene reparos en entrar a tomar algo.

 

"Aunque en Cruces domina el PSE, muchas de las cuadrillas son del PNV y nunca hemos tenido ningún problema. Alguno sí que intenta chinchar al enemigo, pero siempre guardando la compostura y con una sonrisa en la boca. No hay que olvidar que hay cosas más importantes que la política", señala Noemi. Y lo más importante para la mayor parte de la clientela de esta casa del pueblo, según indica Soraya, es el fútbol. El Real Madrid, para ser exactos, ya que al club merengue suele apoyarle todas las jornadas de liga una importante afición que se da cita en este feudo socialista.

 

batzoki de zorrotza

 

Daneri y Oriana, la versión de una noche electoral ‘made in Suramérica’

 

Patxi López ha hablado durante toda la campaña del tiempo del cambio. De abrir una nueva época en Euskadi. Pero si se realiza una breve radiografía de la sociedad vasca, uno se puede percatar de que los tiempos han cambiado. Que uno puede defender la independencia sin echarse al monte o que puede hablar euskera pese a haber nacido en el continente asiático, por poner un ejemplo. Los tiempos hace tiempo que han cambiado. Y como muestra de la mezcla de culturas que ha experimentado Euskadi en los últimos años, basta con pasarse por el batzoki de Zorrotza, donde Daneri y Oriana, dos camareras suramericanas ya saben lo que es vivir el desenlace de unas elecciones autonómicas rodeadas de simpatizantes jeltzales. Aunque tampoco tienen las cosas muy claras. "Eso sí, todos con Ibarretxe", asegura una de ellas.

 

El que lo tiene más claro es José Antonio, simpatizante de la formación jeltzale, que el domingo por la noche siguió el escrutinio por la radio. "Me tocó trabajar de noche y la verdad es que me quedé un poco raro cuando conocí los resultados. Es una sensación agridulce, porque hemos sido, con diferencia, la fuerza más votada, pero el PSE tiene la Lehendakaritza a su alcance", asegura José Antonio mientras degusta un blanco. A la hora de hablar de posibles alianzas, pone sobre la mesa la combinación imposible: PNV-PP. "En política todo es posible y no se puede descartar nada".

 

 

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