El talud de la concordia
Txurdinaga y Otxarkoaga presumen desde ayer de muro, lo que no es poca cosa. Lo que antaño fue un talud de rocas, zarzas y ratas, que separaba ambos barrios, es hoy una inmensa mole de lo más moderna, salpicada de un bosque de árboles metálicos que concede un ‘look’ de lo más rompedor y vanguardista a la zona. Y bien que se lo agradecieron ayer los vecinos al alcalde.
Empezando por Mari Luz Valera, que vociferó desde las alturas, con las bolsas de la compra en las manos: «’Iñaki, ¡lo has hecho muy bien! Esto está muy bonito’». A la mujer se la oyó de sobra, pero, por si quedaba alguna duda, aprovechó el encuentro con el alcalde y, ya cara a cara, no volvió a cortarse un pelo. Puestos a pedir, la vecina le rogó un último favor a Azkuna: «Ahora nos falta un ‘ascensorito’. Vamos para viejos y ya sabe, con estas alturas…
Al regidor no le pilló de sorpresa la reclamación ciudadana. Se lo temía y lo adivinó sin recorrer «apenas cincuenta metros» en la visita que hizo a una obra que profundiza en la rehabilitación de Otxarkoaga y dota a los residentes de un nuevo espacio verde y de ocio. El proyecto no era fácil. Contó Azkuna que el Ayuntamiento lo ha hecho «a trozos» y que ha costado «mucho dinero, esfuerzo y años». Nada menos que 35 meses, repartidos en cinco fases, y casi cinco millones de euros.
Pero la obra era muy necesaria, porque el talud de la calle Jesús Galíndez representaba un «peligro» permanente para los viandantes. «Estaba en una situación delicada, podía caerse, ocasionar un accidente…» Para evitar cualquier desgracia, la Corporación puso manos a la obra, aunque el alcalde dejó claro de nuevo que el trabajo le correspondía a las promotoras privadas. «En su momento no lo hicieron y lo hemos tenido que hacer nosotros», justificó.
Aspecto ‘titánico’
Y con mucho estilo, porque el talud renovado con gunita -un hormigón especial- y recubierto de una malla metálica que le confiere un aspecto ‘titánico’ y evoca el brillo del Guggenheim ha quedado finalista de los proyectos de la V Bienal Europea del Paisaje de Barcelona y ha sido nominado al premio Enor de Arquitectura. Dos pasos peatonales surcan la mejorada pendiente, mientras que en la zona sur se ha habilitado un mirador con un banco corrido desde el que contemplar «una bella vista» de Txurdinaga y el Parque de Europa.
Corona el talud una zona de juegos infantiles, situada en la antigua subestación de Iberdrola y provista de toboganes de acero inoxidable. En lo más alto, el alcalde volvió a mostrar su verbo fluido con todas las gentes que se le acercaban. «Yo estoy viejo y achacoso pero tú sí que has mejorado, jodido», le soltó, irónico, Azkuna a un vecino. «¿Y lo del ‘ascensorito’?», le preguntaron de nuevo. «¿Ya me estáis pidiendo más cosas? Ahora no puede ser», lamentó .
La foto que acompaña el artículo está muy bien. ¿Alguien sabe desde dónde se ha tomado?