Las viviendas municipales de Bilbao pasan seis meses vacías al cambiar de inquilino
Las viviendas municipales de Bilbao pasan algo más de seis meses vacías por término medio cuando cambian de inquilino. 189 días, según la información facilitada a petición del Partido Popular. La directora, Isabel Garcés, considera que es difícil acortar estos plazos, que incluyen un periodo de tres meses y medio para la reforma del piso, porque el procedimiento es «muy garantista», especialmente en la propuesta de adjudicación. Según los datos más recientes, hay 165 viviendas libres, en diferentes fases del proceso hacia una nueva ocupación.
De todas ellas sólo 16 están disponibles, ya que 63 se encuentran en trámites de adjudicación y otras tantas en plena reforma. El parque de viviendas es antiguo y las obras de acondicionamiento consumen más de la mitad del compás de espera, 110 días de media. Cuando una puerta se cierra, los primeros pasos se dan con rapidez: hay dos días para el trámite de baja y diez para la retirada de enseres. Luego el proceso se ralentiza con la puesta a punto del piso y la firma de un nuevo contrato, que requiere otros 67 días. En las casas de segunda mano, un programa informático realiza la «adjudicación por idoneidad» en función de diferentes criterios, como la superficie, la disponibilidad de ascensor y la antigüedad de los demandantes. Hay unos plazos para la visita, la respuesta del interesado y la formalización del contrato.
En la actualidad son más de 8.000 las personas que demandan una vivienda municipal en las listas de Etxebide, una opción que va en aumento por el auge de la cultura del alquiler y las exigencias de la crisis. Las solicitudes son muy generales y «el 90% tienen todas las cruces marcadas» tanto de compra como de alquiler, explica la directora. En su opinión, el registro universal «tiene muchas ventajas» porque facilita el cruce de datos sobre niveles de renta y disponibilidad de vivienda, pero hace que la respuesta ante una propuesta concreta «se disperse». Mucha gente «no contesta» a la primera carta y también hay rechazos.
¿No quieren vivir en determinados barrios? «Esa identificación me parece peligrosa», afirma Isabel Garcés. «Pueden decir que no a una vivienda en Deusto porque quieren la zona de Santutxu, o por otros motivos. El parque es viejo, la primera promoción es de 1921, y hay muchas casas sin ascensor, garaje y trastero». En cualquier caso, la radiografía de los pisos desocupados sí muestra importantes diferencias por barrios. Otxarkoaga es el que tiene más huecos, 60 en total, aunque sobre un total de 1.230 viviendas municipales. En proporción hay más espacios vacíos en San Francisco y Atxuri, el 9%. Rekalde, Bilbao La Vieja y Solokoetxe también registran índices superiores a los de otras zonas.
Las responsables de Viviendas Municipales rechazan establecer un mapa de promociones más o menos desocupadas. En cualquier caso, destacan, el porcentaje global no llega al 5% de los 3.736 pisos de alquiler social en Bilbao, uno de los parques más importantes de España. La media es de 10,5 casas por cada mil habitantes, frente al 1,5 de Madrid y el 5,9 de San Sebastián. Sólo Cádiz le supera con 17,4. En esta ciudad funciona un organismo municipal veterano que está iniciando un proceso de venta similar al que se llevó a cabo aquí
«Hay que favorecer a quien quiere cambiar de casa», dice el PP
El consejero del PP en Viviendas Municipales, Óscar Fernández Monroy, cree que para conocer al detalle la realidad de los pisos vacíos hay que bajar a los portales. En algunos de la calle Cortes, por ejemplo, asegura que ha habido casas desocupadas «durante más de dos años», una situación que también se ha vivido en bloques de Otxarkoaga.
A veces, añade, el rechazo se debe a «problemas sociales o de convivencia» en una determinada comunidad. Los datos generales «no permiten conocer los verdaderos motivos», se queja. Otras personas «quieren moverse de un piso a otro dentro del propio barrio al aumentar la familia y tienen que esperar dos años».
«Hay que favorecer los cambios internos», enfatiza. «También hay solicitudes por problemas de salud o discapacidad, ya que muchas casas no tienen ascensor». El año pasado se firmaron 800 contratos entre renovaciones, adjudicaciones de pisos nuevos, de segunda ocupación y cambios de residencia, un índice que considera «bajo». El PP prepara una iniciativa para acortar los plazos de espera entre un contrato y otro. «No queremos un parque de viviendas que no sea dinámico», concluye.
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