Escucha
Escucha… Mis versos son un pálpito furioso de corazón henchido. Sangre que no cabe en las venas del alma. Palabra que no acierta a ser mentada sin poesía. Voz rota de garganta cansada y llanto de niño… Escucha… Mis versos lloran conmigo, y tiemblan a la vez que la mano que los crea. Ellos viven. Y estarán cuando muera yo. Frutos alumbrados de mi vientre. Escucha… A este lecho donde yacen tú que los lees, acerca tu oído. Porque eso es mi pecho lo que oyes. Y esto que lees sus latidos… César Fernández Rollán
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